El Internet de las Cosas y el desarrollo a una Ciudad Inteligente

Internet of Things o IoT por sus siglas en inglés, es un concepto un poco abstracto pero que ha estado ganando bastante popularidad en los últimos meses. La idea que intenta representar queda bastante bien ilustrada por su nombre, cosas cotidianas que se conectan a Internet, pero en realidad se trata de mucho más que eso.

Para entender de qué va el Internet de las cosas debemos también comprender que sus fundamentos no son en lo absoluto nuevos. Desde hace unos 30 años que se viene trabajando con la idea de hacer un poco más interactivos todos los objetos de uso cotidiano.

Ideas como el hogar inteligente, también conocido como la casa del mañana, han evolucionado antes de que nos demos cuenta en el hogar conectado para entrar al Internet de las cosas.

IoT es una tendencia tecnológica que implica una red de objetos interconectados que, haciendo uso de comunicaciones inalámbricas, generan, procesan e intercambian información, con el propósito de ofrecer a los tomadores de decisiones una visualización en tiempo real de los procesos para administrarlos y optimizarlos de manera inteligente.

Se estima que en el  2020 habrá cuatro veces más dispositivos conectados a Internet que personas, por lo que la posibilidad de habilitar nuevos modelos de negocio a través de soluciones de IoT es innegable.

Gracias a la supervisión remota, la captura y escalabilidad de datos y los modelos IaaS (Infraestructura como Servicio), se lograrán establecer nuevos modelos de relación con los diferentes actores de la cadena de valor (clientes, consumidores, ciudadanos, etc.).

En noviembre de 2005, la Unión Internacional de las Telecomunicaciones, una agencia de Naciones Unidas, presentó su informe sobre el Internet de las Cosas. En el se indicaba que el próximo paso era integrar cosas en una red de comunicación.

Ésta es la visión de una verdadera red ubicua: en cualquier lugar, a cualquier hora, por cualquier persona y con cualquier cosa. Y las cuatro tecnologías que enumeraba para hacerlo posible eran las etiquetas de identificación por radiofrecuencia (RFID), los sensores inalámbricos, la inteligencia embebida y la nanotecnología.

Ejemplos del Internet de las Cosas

1- Zapatillas inteligentes

La Gemini 2 es capaz de medir la distancia y el tiempo recorrido así como las calorías consumidas, sincronizando con su app vía bluetooth, donde se puede almacenar toda la actividad del usuario y solo después de finalizada la rutina, podrá descargar todos los datos al dispositivo móvil.

2- Sensores para el jardín

La compañía Parrot ofrece el sensor Flower Power, destinado a jardines, que registra datos sobre la luz solar, la temperatura, el nivel de fertilizante en el suelo y la humedad. De esta manera, el sensor analiza lo que necesitan las plantas y envía alertas a través de bluetooth al smartphone del usuario.

3- Puertas de garajes inteligentes

Otro ejemplo de Internet de la Cosas es Garageio, un dispositivo que puede controlar el acceso al garaje mediante una aplicación. Desde el celular puedes abrir y cerrar las puertas, así como recibir alertas cuando esta se abra. Incluso puedes permitir el ingreso a otras personas desde cualquier parte con un solo clic.

4- Cubo de basura inteligente

Qube es un cubo de basura, inteligente y conectado que ayuda a reciclar. Tiene diferentes compartimentos en los que se coloca el tipo de residuo que corresponda. Cuenta con una puerta motorizada que se levanta al acercar la mano.

Tiene conectividad WIFI, puerto USB y presenta informes al móvil sobre nuestro reciclaje y control de residuos, informando sobre los kilos que vamos generando o si nos quedan bolsas.

Todos estos inventos fueron creados para conectar a las personas no sólo con el celular, sino con todos los objetos que le rodean y así hacer su vida más fácil

El Internet de las Cosas y el desarrollo para las ciudades inteligentes

Una ciudad inteligente es un centro urbano que intenta integrar la información y comunicación tecnológica de una manera completa, así como “el Internet de las Cosas”, para mejorar la gestión de recursos y bienes, para mejorar la eficiencia de los servicios.

En general, una ciudad inteligente está bastante avanzada en términos de infraestructura (administración, educación, salud y bienestar, seguridad pública, transporte, etc) y utiliza diversas tecnologías como centros de información para mejorar las operaciones.

Estas ciudades tienen una estructura que nos habilita organizar, agregar y analizar la información que utilizaremos en un futuro para mejorar la vida de los ciudadanos.

En cuanto al grado de desarrollo de la Internet de las Cosas, podemos decir que todavía está en sus primeras fases, pero existen ejemplos aplicados más que destacables.

Internet de las Cosas revolucionará la interacción entre las personas y el entorno, que no será como lo es hoy.

La idea es dar una solución eficiente para problemas reales mediante la tecnología. Desde el control de aguas, pasando por energías limpias y renovables, espacio en parques públicos, control de tráfico, sistema de basuras, acceso a Internet.

Smart – Agua

Un gran problema en las ciudades es el consumo de agua, la mayoría de veces, a través de fallos en las estructuras. Con las soluciones de Smart – agua  ayuda mantener un seguimiento del gasto y optimizar todo el proceso mientras se reduce el coste operacional.

Smart – Transporte

Con smart- transporte, la idea es reducir la contaminación y congestión de tráfico, mejorando la velocidad y el coste del mismo. Un ejemplo sería el sistema de parking inteligente, que básicamente recoge toda la información proporcionada por los espacios de parking accesibles en un área en concreto y ayuda a los turismos a encontrar una plaza de aparcamiento rápidamente.

Otro ejemplo sería el sistema smart de tráfico que básicamente controla las luces de tráfico para mantener un corriente óptimo de tráfico, según la demanda. El sistema detecta las congestiones y embotellamientos según patrones de tráfico. Se hace instalando semáforos y detectores de filas de tráfico que están conectadas a un sistema central que mantiene la ciudad fuera de congestionamiento.

Al final, los coches automatizados serán los encargados de mover de dentro a fuera a las personas.

Smart – Energía

En general, se gasta mucha energía eléctrica que tiene un gran peso en las emisiones de CO2 a la atmósfera. Un buen ejemplo para reducir el gasto de energía es el sistema de luces externo. La tecnología se utiliza para mejorar la eficiencia y utilidad de las luces de la ciudad.

De hecho, las luces se encienden cuando alguna persona se acerca al sensor y se apagan cuando las calles se vacían. Además, las luces se adaptan al tiempo e informan al departamento de obras públicas cuando las bombillas se han de cambiar.

Smart – Residuos

Con el sistema de residuos, equipando los sistemas de basura con sensores, somos capaces de obtener información a tiempo real. Los controladores de residuos son notificados sobre el nivel de los mismos en una zona de la ciudad específica y les ayuda a realizar sus rutas más eficientes.

Smart – Edificios

La idea de Smart edificios es, con optimismo y avances tecnológicos, tener edificios que gestionan el consumo de energía por ellos mismos. Los Smart edificios son autosuficientes y mejoran la temperatura, uso de energía, ventilación y sistema de luz.

Existen tres niveles de experiencias para el usuario de la Internet de las Cosas: un nivel tangible que implica la introducción en el cuerpo de un dispositivo que permite la transmisión de datos; un nivel de conexión y de compartición de información, y un tercer nivel de visualización y reflexión que posibilita la adquisición de un conocimiento más amplio del entorno y de los objetos que utilizamos. Esos tres niveles tienen temporalidades diferentes: inmediata, a corto plazo y a largo plazo.

Un buen ejemplo de aplicación de la Internet de las Cosas es la Smart City (Ciudad Inteligente), un concepto que se refiere al potencial número de servicios que, a través de la conectividad, hagan de las ciudades un mejor lugar para vivir.

Las Smart Cities son la representación más ambiciosa de la Internet de las Cosas. El objetivo es aglutinar todo un ejército de sistemas inteligentes que suministren (y gestionen) información para y a través de los ciudadanos. Aunque pueda parecer un concepto futurista, a día de hoy ya se han empezado a dar algunos pasos.

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