Internet de las cosas y autos conectados: una combinación que habla por sí sola

El nuevo paradigma de la industra automotriz incluye tanto compañías de automotores como empresas de tecnología, telefonía e infraestructura.

Los vehículos inteligentes se están convirtiendo en el nuevo paradigma de la industria automotriz: un auto conectado con todo, o casi todo, y que es capaz de entender lo que ocurre a su alrededor.

Esto no es solo una cuestión relacionada con los fabricantes de automotores sino que se trata de un escenario en el que están involucrados todo tipo empresas de tecnología, telefonía e infraestructuras.

En este contexto, hay varios ejemplos de compañías que se van uniendo en esto proyectos. Un caso es el de Indra, que está experimentando en España con los servicios inteligentes de transporte basados en sistemas cooperativos. Esto permite la comunicación y el intercambio seguro de datos entre los coches, las infraestructuras y los centros de control de tráfico.

Para las pruebas, utilizan un vehículo autónomo equipado con aparatos de comunicación de última generación, al igual que un tramo del carril del bus- VAO de la autovía A-6, donde se están haciendo los tests. La información compartida va desde situaciones de atascos a obras en la carretera o advertencias climatológicas adversas y se nutre del canal de incidencias de la Dirección General de Tráfico.


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“Se trata de facilitar a los usuarios y coches autónomos y conectados información en tiempo real que amplíe su visión y ayude a la toma de decisiones y a la seguridad”, dice Manuel López, director de tráfico e infraestructuras de la firma tecnológica a El País. Este proyecto, que se probará próximamente en París y Lisboa, busca hacer mella en el territorio español, pero no es único.

En Segovia, Seat y Telefónica están probando la tecnología Cellular-V2X (Vehicle to Everything), que permite conectar el coche a casi todo, como si fuese un teléfono móvil. En julio pasado, un semáforo y un paso de peatones (equipados con una cámara térmica y un sistema de comunicación) fueron capaces de lanzar a un vehículo señales de alerta cuando alguien cruzaba la calle o cuando la señal de tráfico estaba a punto de cambiar a rojo.

En Europa hay más de 32 millones de vehículos conectados (para intercambiar información a través de Internet), según las estimaciones de PwC. En 2020 sobrepasarán los 71 millones de unidades.

En el caso de Nissan, por ejemplo, tomó como punto de partida un sistema de visualización y supervisión interplanetario, creado por la NASA, para gestar una plataforma que permite a sus vehículos autónomos hacer frente a diversos obstáculos (accidentes, construcción de carreteras, ciclistas o peatones, en general) que se encuentren por el camino.

El sistema Seamless Autonomous Mobility (SAM) gestado por Maarten Sierhuis, excientífico de la agencia espacial estadounidense, permite al vehículo aprender de sus propias experiencias, que luego son almacenadas en la nube y compartidas con otros vehículos.

El sector de Infraestructuras tambén participa. Los grandes operadores de autopistas saben que su posición es trascendental. En los últimos años se han involucrado desde en colaboraciones con fabricantes de coches y universidades internacionales, hasta investigaciones de alcance europeo, como Inframix y C-Roads, dos iniciativas en las que participa Abertis, a través de su filial Autopistas.

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